lunes, 12 de enero de 2009

Interculturalidad


Toda cultura es básicamente pluricultural. Es decir, se ha ido formando, y se sigue formando, a partir de los contactos entre distintas comunidades de vidas que aportan sus modos de pensar, sentir y actuar. Evidentemente los intercambios culturales no tendrán todos las mismas características y efectos. Pero es a partir de estos contactos que se produce el mestizaje cultural, la hibridación cultural...

Una cultura no evoluciona si no es a través del contacto con otras culturas. Pero los contactos entre culturas pueden tener características muy diversas. En la actualidad se apuesta por la interculturalidad que supone una relación respetuosa entre culturas.

Mientras que el concepto "pluricultural" sirve para caracterizar una situación, la interculturalidad describe una relación entre culturas. Aunque, de hecho, hablar de relación intercultural es una redundancia, quizás necesaria, porque la interculturalidad implica, por definición, interacción .

No hay culturas mejores y ni peores. Evidentemente cada cultura puede tener formas de pensar, sentir y actuar en las que determinados grupos se encuentren en una situación de discriminación. Pero si aceptamos que no hay una jerarquía entre las culturas estaremos postulando el principio ético que considera que todas las culturas son igualmente dignas y merecedoras de respeto. Esto significa, también, que la única forma de comprender correctamente a las culturas es interpretar sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales. Aunque esto no debe suponer eliminar nuestro juicio crítico, pero si que supone inicialmente dejarlo en suspenso hasta que no hayamos entendido la complejidad simbólica de muchas de las prácticas culturales. Se trata de intentar moderar un inevitable etnocentrismo que lleva a interpretar las prácticas culturales ajenas a partir de los criterios de la cultura del -la persona- interpretante.

miércoles, 7 de enero de 2009

Tercer mundo, como receptor de inmigrantes

Los más de seis, cinco y cuatro millones de inmigrantes acogidos en la India, Arabia Saudita y Pakistán han convertido a estos países en vías de desarrollo en tres de los diez principales estados receptores de inmigrantes. De hecho, y a pesar de que tres de cada cinco inmigrantes viven en países ricos, el Tercer Mundo acoge a millones de personas que deciden abandonar sus hogares para huir de un conflicto y de la pobreza, o simplemente, para buscar una vida mejor.

Los datos los han facilitado esta semana los demógrafos de Naciones Unidas, que concluyen que en los últimos 25 años la población emigrante en el mundo se ha duplicado y alcanza los 175 millones de personas. El informe elaborado por al agencia internacional contabiliza a todos los inmigrados, regularizados o no, así como a los refugiados y solicitantes de asilo.

“La migración internacional es un fenómeno global, que no se limita a los países desarrollados”, afirma el presidente del departamento de Población de la ONU, Joseph Chamie, quien precisa que los países en vías de desarrollo ven la inmigración como una fuente de desarrollo económico, pero al mismo tiempo, como una amenaza.

En la actualidad treinta países de América Latina, África y Asia presentan una tasa de inmigración muy alta, lo que ha hecho necesario la puesta en marcha de medidas para controlarla. Del número total de inmigrantes, unos 56 millones viven en Europa, 50 millones en Asia y unos 41 millones de personas inmigradas viven en América del Norte, según el informe de la ONU.

En cuanto al número de refugiados, el texto de Naciones Unidas señala que los países desarrollados sólo acogen tres millones de refugiados, lo que significa que la mayor parte de los exiliados vive en regiones del Tercer Mundo que carece de los recursos necesarios para atenderlos. A finales del año 2000, la población mundial de refugiados era 16 millones, nueve de ellos en Asia y otros cuatro en África.

Aunque los gobiernos están obligados por la ley internacional a recibir a los auténticos solicitantes de asilo, son muchos los países que han encontrado formas de eludir esta obligación. Por este motivo, indica el informe de la ONU, el número de solicitantes de asilo ha ido decayendo desde 1993, cuando la cifra total de refugiados en todo el mundo se situó en 18,2 millones de personas.

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